martes, 24 de febrero de 2015

PASEMOS AL PLAN "B"  de Paz Piñar (2007)

Una joven inmigrante africana, que no habla español, cae enferma en alguna ciudad de la España contemporánea.  Urge que la visite un médico pues tiene apendicitis y la situación se agrava por momentos.  La familia que la acoge y la protege sabe que, si consiguen  que la atiendan en algún hospital, seguramente será luego deportada.  Por ello ponen en marcha múltiples estrategias de solidaridad comunitaria y vecinal, no exentas de humor e ingenio.
Con todo creo que la autora pretende  contraponer la rigidez de los mecanismos burocráticos estatales frente a  las dinámicas vecinales de cuidado y ayuda y, sobre todo, la defensa  del acceso universal a la salud como derecho fundamental básico  así como  la denuncia de  la vulnerabilidad de un colectivo como los inmigrantes sin papeles que, sin apoyo institucional,  quedan a merced de la ayuda y protección de los convecinos.

3 comentarios:

  1. Es llamativo que haya tanta presencia femenina entre las personas que rodean a esta mujer en situación tan desfavorecida: madre, hija, vecina, farmacéutica, etc... hasta la doctora que la atiende. Es cierto que hay hombres, lo cual hace pensar que no solo nosotras tenemos sensibilidad, menos mal.
    Recuerdo en el congreso al que asistimos a principio de curso sobre la mujer en el medio rural que se comentó precisamente este papel o rol de la mujer: el de mantener el bienestar social en su entorno desde siempre y que hoy llevaba a tantas chicas jóvenes a estudiar trabajo social, enfermería... y crear en su pueblo un centro de atención social, guarderías, centros para mayores, etc.. Creo recordar que comentaron que no era casual que ese paso de profesionalización femenino de ese rol tradicional implicara mejoras sociales reales en el medio rural.
    Yo me planteo a propósito de este corto y ese congreso: ¿y si hubiera más personas que interiorizaran ese rol tradicionalmente femenino en las cotas altas del poder? Es decir, ¿qué sucedería si hubiera más hombres y mujeres que se atrevieran a reconocer que preocuparse por los demás no es una cuestión de género? La primera consecuencia sería que habría más mujeres y hombres con poder que no se vieran obligados a adoptar el rol tradicionalmente masculino (más agresivo, competitivo y utilitario). Tal vez, entonces, encontraríamos un plan alternativo al que vivimos en esta sociedad en crisis (económica y de valores) y, tal vez, daríamos con que el bienestar social es prioritario para ser una sociedad feliz, que en definitiva es lo que todos queremos ser, porque no se puede ser feliz si no tienes qué dar de comer a tus hijos, con qué calentar tu casa o con qué curar una enfermedad.

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  2. Exacto. Los cuidados han estado relegados siempre al ámbito femenino y, en muchas ocasiones y de manera más acentuada todavía en la mujer rural, impuestos.
    Es lo que causa que, laboralmente, las mujeres suframos una segregación horizontal ya que se nos presentan muchas dificultades para acceder a ciertos cargos tradicionalmente masculinos y también vertical,debido a que muchas mujeres deben compatibilizar el trabajo con la vida familiar y así no acceden en la misma medida a puestos de responsabilidad o simplemente se ven obligadas a escoger empleos a tiempo parcial.
    Y todo esto por qué? Porque se anteponen, se priorizan las necesidades del mercado laboral a las personas, que son la base de la organización social.
    Debemos cambiar prioridades y comprender la importancia social del ámbito de la enseñanza, las artes y la cultura y que las personas que se ocupan de los cuidados y del ámbito doméstico nos aportan más -que son una base económica-que otros empleos como los de la banca o el comercio.
    Recomiendo encarecidamente el reciente artículo de María Añover en la recién estrenada revista de cultura y análisis Subarbre, donde cita la comparación de la economista Mies de la economía con un iceberg. La punta del icerbeg representa el trabajo remunerado, la economía que vemos y apreciamos. Lo que no apreciamos es toda la base del icerberg que es lo que realmente sostiene y hace flotar a todo el ente: el trabajo sin remuneración (ni económica ni emocional en mucjos casos) que supone el de la mujer en el ámbito doméstico.

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  3. Claro que para que nos pase esto en el mundo laboral...
    http://www.heraldo.es/noticias/economia/2015/02/16/una_mujer_necesita_trabajar_anos_mas_que_hombre_para_cobrar_misma_pension_339938_309.html?utm_content=bufferfc6d0&utm_medium=social&utm_source=facebook.com&utm_campaign=buffer

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