Para mí este corto, Sara a la fuga, ha sido de gran dureza por su realidad y muy interesante desde el punto de vista narrativo.
No se nos cuenta el principio de la historia de Sara, pero ¿cuántas veces nos cruzamos con personas a las que la vida ha golpeado y no nos paramos a preguntar cómo han llegado a esa situación? pues si en la realidad que es nuestra vida cotidiana es así, así es en el corto.
Vamos suponiendo lo que le ha pasado a Sara, pero no es fácil atar cabos y es que no conocemos a la protagonista. Es ficticio eso de que conoces a los que te rodean. Vuelvo a lanzar una pregunta incómoda: ¿sabemos lo que inquieta o preocupa a las personas de nuestro entorno?, ¿cuántas veces salimos al paso con preguntas y respuestas de cortesía? En este corto no conocemos a Sara, ni idea de lo que pasa por su mente. No hay trucos narrativos ni cámaras subjetivas que buceen en su mente, ni personajes secundarios que nos cuenten lo que no sabemos porque en la vida no hay chivatos que adviertan. Podemos intentar ponernos en su lugar, pero no es verdad; si no te ha golpeado la vida, solo queda ver lo que sucede a distancia.
La historia no concluye... pero eso no nos alivia. Creo que el título es muy acertado: una fuga.
Duro, muy duro. Inquietante y real.
De esas historias que no quieres ver por la calle, pero que persisten precisamente porque no queremos saber. De esas historias que no se cuentan en el cine, pero sí en este corto.
Una vez más la percepción femenina se centra en un tema grave de una forma aparentemente tangencial pero significativa.
Gracias por inquietar nuestras conciencias, aunque no nos siente bien.
Una vez más la percepción femenina se centra en un tema grave de una forma aparentemente tangencial pero significativa.
Gracias por inquietar nuestras conciencias, aunque no nos siente bien.
La protagonista genial, responde a su edad... nos cruzamos tantas chicas así... que da miedo.
